¡Septiembre! Qué locura de mes…
Las vacaciones ya se nos han acabado y empezamos como cada año la vuelta a la rutina. Y por si no fuese suficiente con volver a verle la cara a tu jefe, llega ¡¡la vuelta al cole!!
Efectivamente, la vuelta al cole es todo un acontecimiento. Vuelta a la rutina, compra de libros y material escolar, clases, extraescolares, cumpleaños a mansalva… A pesar de todo esto, que no es poco, hay una sola frase que con solo oírla nos hace temblar:
Mamá me pica la cabeza…
A todas las recién estrenadas mamás seguro que les ha pasado algo así… A mí, sin ir más lejos, cuando mi bebé apenas tenía dos meses, y ya habíamos superado los baches típicos de la lactancia, alguna que otra grieta en el pezón y un millón de dudas e incertidumbres, todo marchaba genial… ya estábamos compenetradas y empezábamos a disfrutar y a entender las maravillas de la lactancia. Es entonces, y sólo entonces, cuando voy y pillo el gripazo del siglo.
En ese momento se me vino el mundo abajo. Las hormonas se apoderaron de mí, como de cualquier mamá primeriza, y me invadieron millones de dudas: ¿Y ahora qué? ¿Qué me puedo tomar? ¿Podré seguir amamantando a mi hija? ¿Y ahora qué pasa?
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