Estamos en agosto. Los más afortunados llevan un par de meses de playa. Y ahora, aparece el archienemigo de todo bañista: ¡LAS MEDUSAS! ¿Cuántas veces hemos visto formarse un corrillo alrededor del llanto de un niño? “¡Le ha picado una medusa!”. En ese mismo instante aparecen de la nada miles de sabelotodos con sus consejos y recomendaciones.